Antes que nada, hay que reconocer que la moda es una forma de expresión en el mundo, las tendencias surgen de todo lo que ocurre en nuestro entorno, desde lo social, político, cultural, medio ambiente y demás. Somos nosotros, las personas quienes dictamos la moda y quienes además, decidimos cuanto tiempo se queda una tendencia de acuerdo al consumo que realizamos de ello.
Hay dos puntos totalmente contrastantes cuando hablamos sobre moda, ambos tienen sus ventajas y desventajas, reconocerlas nos dará la pauta para consumir de manera más consciente y además estar actualizadas.
1.- Ser una fashion victim (víctima de la moda).
Cuando se sigue todas y cada una de las tendencias de temporada, se puede llegar al punto de ahogar tu esencia e identidad por “verte moderna”, sin un punto de equilibrio, dejando de lado esas prendas que sí comuniquen tu real personalidad y vayan con tu estilo propio. Muchas veces la falta de autoconocimiento lleva precisamente a realizar compras solo porque «están de moda», sin darte cuenta que habrá algunas que no favorecen ni van con tu verdadero estilo de vida o con tu silueta por ejemplo, porque cabe mencionar que no todas las tendencias se adaptarán de la mejor forma a tu cuerpo, y que, en el peor de los casos, algunas prendas puedan verse fuera de contexto para ciertos sectores profesionales.
Estar desconectada de tu estilo propio, comprar por comprar, el no saber identificar lo que va contigo y lo que no, puede afectar en tus emociones, autoestima y seguridad, al darte cuenta que, en todo este tiempo haz construido un armario lleno de ropa fugaz. Hay tendencias que duran menos que un estornudo y ¿qué pasa?, has hecho una mala compra, una prenda que no volverás a usar, malgastando tu dinero y de ahí, surge esa ansiedad que puede llegar a generarte hasta sentimiento de culpa.
A ti misma no puedes engañarte, y cuando alguien esconde su personalidad y gustos reales detrás de las tendencias se esta reprimiendo a sí misma, aunque estes proyectando cierto «status» y looks increíbles, quizá no estas dejando fluir tu propia creatividad, personalidad y sobre todo, no estas construyendo un armario funcional.
2.- Desconocer de moda.
Por otro lado, es cierto que saber de moda proyecta cierto “status social”, es conocimiento de historia, estar actualizada, conocer lo que ocurre en el mundo y además el cómo se representa a través del arte, la música, la ropa y demás.
La moda es una herramienta de expresión, que sabiendo utilizarla a nuestro favor nos puede dar grandes ventajas. En un ambiente laboral creativo, siempre se busca innovación y desconocer de moda nos haría quedar fuera en ese contexto.
Ningún exceso es bueno, al no estar informadas de lo que ocurre en nuestro entorno es como estar fuera del mundo en que vivimos y la moda es hablar de lo que sucede en la actualidad, lo que sucedió en el pasado y lo que puede venir a futuro.
Algo de lo que trabajo con mis clientas en asesoramiento de imagen que no se han involucrado mucho en temas de moda, es que, una imagen anticuada puede enviar mensajes erróneos y provocar vernos hasta con mayor edad. Agregar toques modernos a nuestro guardarropa pero que vayan acorde a nuestro estilo es el balance perfecto para proyectar una imagen juvenil, moderna e interesante.
El punto, es encontrar el balance entre la moda y un armario funcional, utilizar las tendencias como herramienta de acuerdo a nuestro estilo personal, estilo de vida y objetivos. Estar actualizadas de lo que pasa en nuestro entorno, sin anteponer nuestra esencia al dejarnos llevar por la corriente, nos hará más conscientes de lo que consumimos, diferenciando aquello que funciona y lo que no funciona para nuestro estilo de vida. Tomar en cuenta que la ropa trabaja para ti y darle ese lugar es la clave para lograr el equilibrio perfecto.
Me encantaría conocer tu opinión sobre esta nota, ¿lo platicamos en Instagram? –> @miapinedao